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Imaginario(s) de una urbanidad reinventada

Las ruinas rurales como algoritmo del paisaje posturbano


Resumen


Las raíces de la Rurápolis como postulado fundamental para un futuro desarrollo territorial nos plantean la problemática de su representación, especialmente su expresión más " conflictiva", que son sus límites y sus espacios abandonados. Este punto de anclaje, que constituye la problematización de la expansión urbana en escenarios urbanísticos futuros, parte de este paisaje fragmentado para esbozar la formulación de un universo alternativo, en la medida en que sería más adecuado frente a las contingencias climáticas y sociales actuales y futuras. Este postulado también tiene en cuenta un caso en el que, según un estudio publicado en 2020 (Liu et al., 2020), la superficie del espacio urbano aumentó un 80% entre 1985 y 2015 (cuatro veces más de lo estimado anteriormente), y podría multiplicarse por seis hasta 2100.


Este análisis toma en consideración la definición original de la metrópoli, conservando únicamente su corónimo "polis", entendida aquí como una estructura social y humana arraigada en un territorio y libre de cualquier determinismo geográfico que no sea su estructura original. ¿De qué manera la representación puede desempeñar un papel importante en la construcción de la "polis" del futuro? ¿Cómo construir el relato, el proyecto de una "polis" adaptada a las contingencias climáticas, sociales y territoriales de la era post-antropocena?



En el contexto de la crisis climática, Bruno Latour, en su libro homónimo de 2017, se pregunta "¿Dónde aterrizar?" (Latour, 2017). En ese texto, subraya la importancia de saber "cómo orientarnos" Y, por tanto, dibujar algo así como un mapa de las posiciones que impone este nuevo paisaje". (Latour, 2017: 2)


La historiadora y directora Frédérique Aït-Touati, la arquitecta paisajista Alexandra Arènes y la arquitecta Axelle Grégoire han colaborado con el filósofo en varias ocasiones, sobre todo en conferencias-actuaciones teatrales[1]. También son autores de Terra Forma, un "manual de cartografías potenciales" (Aït-Touati et al., 2019) que, siguiendo los pasos de las teorías de Bruno Latour [2], toma como punto de partida "esta nueva definición de la tierra habitable" (Aït-Touati et al, 2019: 11) para establecer, a través de siete herramientas-modelos, modos de representación susceptibles de sacar a la luz "(...) posibles visiones del mundo esbozadas por diferentes prismas, como tantos instrumentos ópticos: por las profundidades, por los movimientos, por el punto de vida, por las periferias, por el pulso, por los huecos, por las desapariciones y las ruinas" (Aït-Touati et al., 2019: 16).

La sexta y séptima herramientas-modelos de este manual cartográfico experimental, tituladas (re)sources [recursos] y mémoire(s) [memoria(s)], muestran la figura de la ruina como una continuidad más que como una ruptura, una topografía inédita que recupera su habitabilidad al reintegrar el suelo natural del que surgió. Más que puntos de ruptura, las cicatrices y asperezas del territorio, marcadas, dibujadas y reinterpretadas, se convierten en otros tantos puntos de anclaje del proyecto.

« La primera etapa del proceso de dibujo consiste en establecer una red de puntos repartidos por el territorio, "fuentes vivas" que pueden activarse alrededor, en los márgenes o dentro de los lugares agotados. (...) El reto consiste entonces en conectar los paisajes y las ruinas agotadas con las fuentes vivas y los vivos. (...) En esta fase, hay que redefinir la noción de habitabilidad. Ya no se refiere a la capacidad de un lugar o un territorio para acoger a los vivos, sino al potencial de las entidades presentes para crear un mundo juntos a través de sus interrelaciones.» (Aït-Touati et al., 2019 : 155)

Según el filósofo Patrice Maniglier, que también se posiciona en la continuidad de las investigaciones de Bruno Latour (Maniglier, 2021), es esencial construir la narrativa de una [terrestre]ialización. Al igual que el modernismo hizo que la industrialización fuera habitable y deseable, como atestiguan las obras de grandes arquitectos como Le Corbusier, Jean Prouvé y Charlotte Perriand, que trabajaron para que los materiales industriales y la producción en masa fueran bellos y atractivos, ahora se trata de construir un lirismo que refleje esto último: "un lirismo de la terrestrialización" (Maniglier, 2022). La elaboración de esta narrativa colectiva es una cuestión cultural, para salir del imaginario modernista, centrado en el ser humano, de una fenomenología como la demostrada por los filósofos Martin Heidegger o Gaston Bachelard, si queremos lograr un cambio de paradigma. Pues la habitabilidad como narrativa de la " reterrestrialización ", según el término analógico utilizado por Patrice Maniglier, no es un problema fenomenológico, es un problema geológico. Significa pasar de una problemática centrada en el ser humano a otra centrada en la geografía.


Sin embargo, esta narrativa de retorno a la tierra no es muy atractiva ni muy clara para la comunidad actual, y sobre todo es difícil de conciliar con el pensamiento actual sobre el paisaje urbano y su desarrollo. La feliz frugalidad y la vuelta a la naturaleza que tanto se pregonan tras el encierro y ante la crisis ecológica tienen un aspecto ansiógeno y angustioso, y resultan poco adecuados a nuestro estilo de vida urbano.


Este tema, tratado a partir de un trabajo de campo, toma como objeto de estudio la periferia de la metrópoli de Pamplona -y por lo que podría considerarse como su extensión - las ruinas rurales presentes en la región de Navarra de la que Pamplona es capital. La formación estudiada, inducida por el territorio, se extiende por una zona cultural y geográfica limítrofe entre Francia y España, que comprende Navarra (en el lado español), y el departamento de los Pirineos Atlánticos (en el lado francés), separados por el cordón pirenaico.


La hipótesis del proyecto sitúa las ruinas rurales, que constituyen una de las características de este territorio, como los bloques de construcción de una rurápolis, una ciudad formada por núcleos rurales en red, creando una trama complementaria y alternativa dentro de este territorio y su contexto, que ya está formado por dos metrópolis: la cuenca transfronteriza y centro de intercambio urbano de Hendaya-Irún, y Pamplona. La Rurápolis formaría una tercera entidad, invisible por el momento, una verdadera alternativa posturbana frente a la expansión urbana y los cambios de paradigma sociales, postpandémicos y climáticos.


Pamplona y su área urbana representan el 50% de la población total de Navarra, y la ciudad está en constante crecimiento poblacional y geográfico. Este crecimiento urbano endémico tiene su reflejo en el resto de la región, que se ha ido vaciando progresivamente, con un total de 109 pueblos navarros despoblados (Maljean González, Pons Izquierdo, 2021).[3]

La despoblación rural así como el abandono de pueblos enteros se han instalado inexorablemente en las últimas décadas como consecuencia del éxodo rural que ha trastornado gran parte de Europa. Sin embargo, la razón principal del despoblamiento es la topografía de esta zona transfronteriza de Navarra y los Pirineos Atlánticos -un terreno montañoso o semimontañoso, que a partir de los años 50/60 dificulta la producción agrícola y hortícola- con la modernización de las técnicas agrícolas, para una población cuyo sustento se basaba casi exclusivamente en estas actividades (Floristán Samanes, 1986)[4]. Por otro lado, también se observa un contrafenómeno: la reactivación y repoblación de los núcleos rurales, de los cuales hubo 26 en el periodo 1981-2020 (Maljean González, Pons Izquierdo, 2021).

Al mismo tiempo, las instituciones públicas gubernamentales se preocupan seriamente por el problema, como demuestra, por ejemplo, la creación en 2019 de una comisión de lucha contra la despoblación [5]. Por tanto, existe un interés institucional y social por desarrollar una reflexión de fondo sobre el futuro del territorio y nuestras formas de vivir y habitarlo.


Fig. 1 · La liquenización y el paseo como herramientas de representación cartográfica y proyectual

Disponiendo de estos datos, se trata ahora de vislumbrar el proyecto urbano, infraestructural y, sobre todo, cultural que haría posible, a escala territorial, un proyecto de repoblación y reactivación que contrarrestara la relación urbano/rural, periferia/campo.


Aquí es donde la problemática de la representación adquiere todo su sentido: este proceso de reflexión que constituye la hipótesis de investigación de Rurápolis se entiende como un trabajo por capas, por estratos, por niveles, lo que sería similar a un enfoque geológico. Para ello, se utiliza una imagen como punto de partida para el proceso de reflexión teórica, pero también para la representación cartográfica y proyectual: la liquenización, una forma orgánica que se incrustará en el tejido preexistente del territorio, que será capaz de interrumpir el proceso de expansión urbana, creando un contraproceso.


Fig. 2 · Ernst Haeckel, Kunstformen der Natur - Lámina 83: Lichenes (1904) Wikimedia Commons

Teniendo en cuenta la situación provocada por nuestras metrópolis, donde la extensión de la ciudad suburbana va borrando poco a poco los contrastes entre la ciudad y el campo, la figura del liquen, elemento orgánico nacido de otros constituyentes heterótrofos, permite interpretar una metaforma rural formada por pueblos abandonados desde hace décadas. Como los hongos heterótrofos, los pueblos renacen de sus ruinas y luego se injertan para crear nuevas estructuras que siguen siendo invisibles a simple vista. La figura de la liquenización sugiere una forma de urbanización orgánica, respetuosa del pasado y de la geografía del territorio en el que se ancla, injertada en lo existente, múltiple y proteica, regular en su desarrollo, en una temporalidad adaptada a cada microentidad, a cada comunidad.


Fig. 3 · Representación cartográfica de Rurápolis, Navarra Rurápolis es un archipiélago, un milhojas territorial, un liquen Rurápolis está formada por estos pueblos: Mendinueta, Egulbati, Zai, Góngora, Beroiz, Aritzakun, Urbicáin, Eransus, Gardalain, Guetádar, Apardués, Belzunegui, Arangozqui... que forman parte de vuestro pasado y de nuestro futuro Rurápolis utiliza la tierra como materia prima para la reactivación de ruinas y lugares

El imaginario de un proyecto como el de Rurápolis debe significarse, representarse y contarse como una historia que forma parte de la continuidad del territorio y de nuestras ciudades.

La metrópolis del futuro, formada y alimentada por territorios en plena transformación, puede reinventarse como rurápolis, a partir de la representación de un imaginario y de la construcción de una narrativa que reaviva las ruinas rurales. Con este gesto, recupera un territorio olvidado, y sin embargo tan cercano. El poder de atracción de la metrópoli, su competitividad frente a las demás, es de hecho cada vez menos un tema a la luz de los trastornos de principios del siglo XXI; lo que es un tema es su capacidad de "hospitalidad" y "complementariedad territorial" (Szeftel, 2021: II).


Como tal, la proyección de los movimientos e interconexiones culturales y sociales desempeña un papel crucial en el desarrollo de una narrativa, una historia común. Del mismo modo que la Rurápolis emerge aquí a través de una representación de elementos hasta ahora invisibles en el territorio -estas ruinas rurales y su posible funcionamiento como red interconectada-, es relevante pensar a través del dibujo, y de la elaboración de narrativas a través de visiones proyectuales, la figuración de una forma de relación con el mundo que adquiere todo su significado ante los retos del futuro. En este contexto, el ejercicio de la representatividad se vincula a la cuestión de la habitabilidad, y el proyecto de un posible algoritmo del paisaje posturbano se posiciona como un modelo para otros territorios geográficos.



[1] Vea las producciones teatrales Gaïa Global Circus (2011-2013), Inside (2016-2017), Moving Earths (2019-2020) y Viral (2020)

[2] Véase en particular: Latour B. (2015) Facing Gaia - Eight lectures on the new climate regime. París: La Découverte

[3] Estudio cartográfico interactivo que recoge datos censales para analizar la despoblación en Navarra entre 1981 y 2020

[4] Este estudio más antiguo relaciona, en un mapa manuscrito, la desnivelación en la media y alta montaña con el abandono de los núcleos rurales afectados en la Comunidad Foral de Navarra.

[5] Comisión Interdepartamental de Lucha contra la Despoblación, creada por el Gobierno de Navarra


Bibliografía


• Aït-Touati F., Arènes A., Grégoire A. (2019) Terra Forma – Manuel de cartographies potentielles, Paris : B42


• Floristán Samanes, A. (1986) «Los nuevos despoblados de Navarra».Príncipe de Viana, 145-163


• Latour, B. (2017) Où atterrir ? Comment s'orienter en politique. Paris : La Découverte


• Liu, X., Huang, Y., Xu, X., Li, X., Li, X., Ciais, P., Lin, P., Gong, K., Ziegler, A., Chen, A., Gong, P., Chen, J., Hu, G., Chen, Y., Wang, S., Wu, Q., Huang, K., Estes, L. et Zeng, Z. (2020). «High-spatiotemporal-resolution mapping of global urban change from 1985 to 2015». Nature Sustainability, 3(7), 564-570


• Maljean González, P., Pons Izquierdo, JJ. (2021). Despoblación y Despoblamiento en Navarra, “Universidad de Navarra” [Online]. Disponible sur : https://storymaps.arcgis.com/stories/192370bc54a447c58f59e3818dd69210 [11 juin 2021]


• Maniglier P. (2021) Le Philosophe, la Terre et le Virus – Bruno Latour expliqué par l’actualité. Paris : Les liens qui libèrent


• Maniglier, P. (2022). La question est comment passer de la production à l’habitabilité ? “Conférence inaugurale du cycle: Habitabilité sur terre - Que peut l’architecture ? – Ministère de la Culture” [Online]. Disponible sur : https://actandmatch.com/habitabilite-sur-terre-conference-inaugurale/ [24 janvier 2022]


• Szeftel, E. (2021) «La métropole dans tous ses états». Le temps des villes, Hors-série Libération [02-03.10.2021], II



Artículo procedente de la ponencia Rurápolis - Imaginario(s) de una urbanidad reinventada para el coloquio internacional "Algoritmos de la mirada [Gaze Algorithms]" en el Departamento de Arquitectura y Diseño (daD) de la Universidad de Génova (UniGe), en colaboración con el Laboratorio de Investigación de la Escuela Nacional Superior de Arquitectura de Versalles (LéaV) - 29-30 de abril de 2022


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